Merenptah: El último faraón guerrero

El reinado de Merenptah tiene una duración bastante breve, entre los años 1223 y 1214 a. de C. Estos nueve años de reinado si hubiese que caracterizarlos habría que referirse a una política excesivamente militar y defensiva. Igualmente, estos nueve años explicarían el afán que tuvo el nuevo faraón por construirse una tumba lo más rápido posible.

Merenptah ascendió al trono siendo ya una persona relativamente de edad avanzada. Era el decimotercer hijo del gran Ramsés II. Y lo más probable, es que en vida de su padre, fuese asociado al trono. Según algunos egiptólogos, incluso, durante los últimos años de vida de Ramsés Merenptah ejerciera con plenos poderes la monarquía egipcia por delegación de su antecesor.

En época de Ramsés II, éste ya tuvo que hacer frente a la amenaza de los pueblos del mar. El cambio de centurias, en torno al 1200 a. de C. se caracterizó por amplios movimientos migratorios que sacudieron las estructuras políticas existentes en todo el Mediterráneo. Especialmente en el oriental, donde una serie de poderes habían llegado a configurar auténticos estados territoriales. Estos movimientos migratorios, correspondientes a lo que los historiadores y arqueólogos han denominado genéricamente pueblos del mar, amenazaron los tradicionales reinos del Próximo Oriente. Uno de los más perjudicados había sido el Imperio hitita, asentado en la península de Anatolia, que llegó a desaparecer.

Merenptah. Faraón de la Dinastía XIX de Egipto.

Merenptah. Faraón de la Dinastía XIX de Egipto.

En Egipto las consecuencias no fueron de tanta magnitud, no como sucedió con sus entonces aliados, antes enemigos, los hititas. Si bien es cierto, que la amenaza fue real y que trastocó tremendamente las estructuras sobre las que se fundamentaba la civilización egipcia. Como ya hemos comentado, Ramsés II tuvo que hacer frente a los primeros momentos de invasiones de estos pueblos del mar. Sin embargo, será su sucesor Merenptah quien tenga que hacer frente de manera más evidente a estos movimiento migratorios, casi siempre de carácter bélico, salvaguardando las tierras del Nilo de una posible invasión.

Por eso, podríamos definir la política exterior de Merenptah atendiendo a tres puntos de atención por parte de sus ejércitos. De nuevo, las campaña se dirigen contra los libios en el oeste, contra los nubios en el sur y en el este las dirigidas a sofocar las revueltas en Palestina y Siria. Sin embargo, todas estas direcciones de acción militar exterior se encuentran reunidas bajo un mismo común denominador: La defensa de las tierras egipcias, especialmente apetitosas para los pueblos del mar, frente a las amenazas exteriores. En este aspecto, Merenptah es el último gran faraón egipcio con capacidad suficiente como para resistir y mantener al país dentro del orden internacional como gran potencia. A su muerte, sus sucesores asistirán como meros espectadores al declive egipcio y a la desintegración del poder centralizado de la monarquía.

Los libios supusieron la amenaza más preocupante para los egipcios. Desde tiempos del Imperio medio, los libios, que se corresponderían con la agrupación de tribus que habitaban el desierto al oeste de Egipto, sintieron deseos de penetrar en las tierras fértiles del Nilo. En época del reinado de Merenptah, estos pueblos atacaron con gran fuerza sobre el Delta, apoyados por desembarcos de otros pueblos del mar. De esta forma, el ejército invasor era un conglomerado de pueblos agrupados en torno al rey libio Marayey. Su ímpetu fue tan arrollador que llegaron hasta las mismas puertas de Menfis y de Heliópolis. Merenptah sólo pudo hacer frente a tan grave amenaza mediante una movilización masiva, sin precedentes, de soldados egipcios en la lucha por la defensa de sus tierras.

Se inició entonces una guerra salvaje, de gran crueldad por ambos bando. Fue tanta que el hombre egipcio del momento se traumatizó, adquiriendo un profundo sentimiento de odio hacia los libios. A pesar de la guerra salvaje, Merenptah pudo finalmente expulsar a los libios del Delta y recuperar cierta soberanía del país.

Pero los libios influyeron también sobre otros frentes. Su rey instigó a los nubios para que se rebelaran contra el poder del faraón. Pronto, se sublevaron e iniciaron una campaña militar contra los egipcios. De nuevo, Merenptah tuvo que mandar sus ejércitos al sur para sofocar la revuelta. La campaña no fue tan traumática no tan dura, y también fue de menor duración. Una vez más, el peligro se había eludido y Merenptah recuperó la soberanía egipcia sobre los nubios.

Otro frente se concentró en las posesiones egipcias sobre Palestina y Siria. Fueron numerosas las revueltas durante el reinado de Merenptah, sin embargo, pudo hacer frente a ellas y someter a los pueblos sublevados. Es interesante, arqueológicamente la llamada “Estela de la Victoria”. En ella se hace una relación de los pueblos sometidos por Merenptah, apareciendo por primera vez citado Israel fuera del contexto bíblico.

Valle de los Reyes, Egipto

Valle de los Reyes, Egipto

La constante amenaza exterior ha hecho que la política interna de Merenptah se haya visto ensombrecida. Se sabe que hubo una cierta reorganización administrativa, incluyendo el traslado de la capitalidad y corte desde la ciudad de Pi – Ramsés hasta Menfis. Arqueológicamente, el hecho se corrobora ya que ordenó la construcción de un palacio cercano al templo de Ptah.

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